Nutre la conciencia de los propios sentimientos y los de los demás, brindando la comprensión de cómo las propias acciones afectan a los demás. Profundiza la auto-conciencia, contacto con la tierra, introspección y auto-conocimiento. Para saber quién somos. También es beneficiosa para niños: Que no han tenido un reconocimiento y respeto de sus propios sentimientos por quienes los cuidaron; o quienes han tenido dificultad en notar las necesidades de los demás. Para bajar la velocidad y concentrarse.

También es beneficiosa para adultos: Que en su niñez perdieron contacto con sus verdaderos sentimientos pues fueron tratados como grandes; o quienes necesitan tomar conciencia de sus vidas interiores. También para quienes necesitan reconocer quiénes son, lo que necesitan ellos y los demás.