Cristaliza en forma de masa, estalactitas, crostas y venas color turquesa o verde pálido.

Da fuerza, equilibrio y vitalidad. Es la expresión del propósito del alma. Está relacionada con la memoria y el rescate de vivencias del pasado. Proporciona una comunicación sincera con la Naturaleza pues resume la fuerza de la Tierra despertando nuestro sentido de la belleza y el deseo de expandirla en la Tierra. Provee un campo protector para visitas no deseadas del mundo espiritual. Fomenta la paz interior pudiendo mostrar la resistencia al bienestar y cómo resolver los conflictos que impiden esa calma interna. Estimula a los chakras del ombligo, corazón y garganta, permitiendo conectar las emociones con la intuición y la creatividad aplicando amor en todas las actividades. Ayuda a mantener la conciencia mientras se está en meditación profunda pues da arraigo y enraiza mientras se realiza el trabajo espiritual. Aumenta la sensibilidad y la percepción, y asiste en la comunicación oral y escrita, induciendo sabiduría, comprensión, confianza y gentileza. A las personas más sensibles la Turquesa les permite conectarse con sus guías y maestros espirituales, mostrándoles el camino de regreso al Hogar Interior.

·        Los indígenas nativo-americanos dicen que cuando cambia de color es porque nos está avisando de algún peligro, de acciones o pensamientos no fidedignos. 

Cualidades:  desde la Compasión nos permite la Comprensión para ser Luz.

Afirmación: “En paz me acepto y manifiesto mi alma”. 

            •            Chakra: laríngeo.

            •           Signo:  Escorpio, Sagitario, Piscis.

            •           Planeta:  Plutón, Júpiter, Neptuno.

            •           Numerología: 5.